Debido a que en ambos casos de maltratos (en el de la mujer y el maltrato infantil9, la mujer como esposa o como madre vive situaciones emocionales perturbadoras, encontramos algunos aspectos que hacen que no se efectúen denuncias en contra del agresor:
· Por pérdida de autoestima. Baja autoestima que impide dar respuesta a la agresión.
· Ambivalencia hacia el maltratador por el que siente miedo, agresividad y amor.
· Ansiedad de la marcha que conlleva la responsabilidad del fracaso familiar y, en la mayoría de los casos, hacerse cargo de los hijos.
· Consecuencias económicas de una marcha. La dependencia económica y afectiva de la víctima con el agresor. Falta de recursos económicos. No tener a donde ir, etc.
· Ineficiencia de los apoyos jurídicos para protegerla y el temor permanente a ser agredida de nuevo por la pareja que puede seguir persiguiéndola. Falta de apoyo de la propia familia y de las instituciones en general.
· Tristeza, vergüenza, reticencia por el intercambio de opiniones, de experiencias (en la entrevista, denuncia, etc.). Ocultar el problema por vergüenza.
· Indecisión. Tendencia a desvalorizarse y culpabilizarse. Actitud temerosa.
· La no aceptación del fracaso matrimonial o de pareja queriendo sostener la relación hasta límites insoportables.
· La falta de conciencia de estar siendo maltratado (solo se debe denunciar cuando hay lesión). El sentimiento de culpa a la hora de denunciar al padre de sus hijos.
· El desánimo al ser concientes de que no va a servir para nada.
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